Demos un Vuelta por la Hemeroteca de la Época
Cronología primeros 30 días de la guerra
Alzamiento y Revolución : una Guerra Civil Inevitable
¿Qué habría sido de España si los militares no se hubiesen sublevado en julio de 1936?
Un Crimen de Estado que Desató la Guerra Civil Española
18 de julio de 1936 un Sábado muy Caluroso
Franco llega a Tetuán para liderar el Alzamiento Nacional
Los 100 Moros de Queipo de Llano
Los primeros levantamientos militares en la Península
La 3ª República: la del Frente Popular
Balance de los recursos disponibles de cada bando al inicio de la guerra
Punto más crítico: controlar el Estrecho de Gibraltar
El primer puente aéreo de la Historia
5 de agosto : el Convoy de la Victoria
Comentario Final al Inicio de la Guerra Civil
Las Cabeceras de la Hemeroteca de Julio de 1936
Bibliografía, videos, ebook, libros, etc
El gran escritor y filósofo , Miguel de Unamuno, posiblemente el español que más contribuyó al restablecimiento de la República, cuando apenas habían transcurrido seis meses de la proclamación, manifestó a un amigo suyo: “Me pregunta usted que cómo va la República. La República, o res-pública, si he de ser fiel a mi pensamiento, tengo que decirle que no va: se nos va. Esa es la verdad…”
La II República Español, fue una etapa de nuestra Historia repleta de progreso y libertad, pero rota en 1936 por una sublevación fascista.
Esta interpretación puede tener algunas lagunas ocultas por los historiadores de lo políticamente correcto. Miremos ligeramente las hemerotecas de la época y tomemos algunos datos adicionales enriquecedores de nuestra historia próxima.
Desde la primavera de 1934 la dirección del PSOE se manifiesta a romper con la legalidad republicana y a practicar una política abiertamente revolucionaria. Desde febrero de 1934, el PSOE y la UGT organizaron un golpe de estado articulado como movimiento revolucionario. Esta decisión socialista, que no estaba oculta porque se hablaba de él en artículos de prensa y en discursos, culminó el 15 de octubre de 1934 con la Revolución de Asturias. La experiencia revolucionaria de la progresía terminó con casi 2.000 muertos y cerca de 30.000 detenidos, entre ellos: Luis Companys ( ERC)
La progresía nunca creyó que bastaría con una huelga revolucionaria para tomar el poder. El PSOE y la UGT divulgaron en sus medios de comunicación la justificación de la violencia y continuamente hacían llamamiento a la juventud para que adoptase posturas violentas. Los planteamientos violentos abundaron en la prensa socialista, principalmente en Renovación.
El objetivo era organizar un ejército revolucionario basado en las milicias socialistas; aunque Largo Caballero, dirigente del PSOE y la UGT, se refería a la necesidad de lograr “el armamento general del pueblo”: “Vamos a conquistar el poder, (...) si no nos dejan de otra forma lo haremos revolucionariamente”, para lo que hacía falta “preparar las huestes para la revolución”, como instrumento específico de realización de una acción violenta
Renovación en el “Decálogo del Joven Socialista”, publicado el 12 de febrero de 1934 se decía:
1º Los jóvenes socialistas “deben acostumbrarse a las movilizaciones rápidas, formando militarmente de tres en fondo”. 2º Que “cada nueve (tres filas de tres) formarán la década, añadiendo un jefe”. 3º Había que “saludar con el puño en alto y el puño cerrado, que es signo de hombría y virilidad”. 4º Debían “manifestarse militarmente, para que todas nuestras actuaciones lleven por delante una atmósfera de miedo y respeto”. 7º Establecía una disciplina férrea: “en los momentos revolucionarios la democracia interna en la organización es un estorbo. El jefe supremo debe ser ciegamente obedecido, como asimismo el jefe de cada grupo". 8º Apoyaba los métodos violentos,“el Socialismo solamente puede imponerse por la violencia” y 9º el deber de los jóvenes socialistas era “sobre todo, esto, armarse. Como sea, donde sea y por los procedimientos que sean; mientras haces todo lo posible por desarmar al enemigo”
La insurrección Socialista (PSOE ) y de los separatistas catalanes (ERC) de izquierdas, en octubre de 1934, fue el primer intento de guerra civil; todavía faltaban 21 meses hasta el alzamiento de Franco . las hemerotecas no engañan, eran continuas las invocaciones socialistas a la guerra civil , y muy claros las instrucciones para la insurrección.
Alejandro Leroux, (Partido Republicano Radical) era el Presidente de la República, el 4 de octubre forma el primer gobierno de centro-derecha. Tres ministros de la CEDA pasan a formar parte del gobierno. Entonces las izquierdas intentan tomar el poder. Se anuncia una huelga general revolucionaria, esta es la señal para la sublevación. Los socialistas y la Generalidad de Cataluña se lanzan a la lucha armada con la complicidad de toda la izquierda .
En Barcelona Luis Companys (ERC) , presidente de la Generalidad de Cataluña , se rebela contra el gobierno central y proclama el Estado Catalán. El ministro de la guerra Diego Hidalgo hace intervenir el ejercido y en menos de 24 horas aplasta el movimiento de Companys.
En Asturias miles de mineros establecen un soviet, asaltan cuarteles de la guardia civil, las fábricas de armas y se apoderan de Oviedo. Después de volar la catedral de Oviedo, los mineros se rinden el 24 de octubre, dejando atrás más de 2.000 muertos
La entrada de la CEDA, en el gobierno (los resultados de las elecciones de noviembre del 1933 se lo permitían) justificó la acción violenta para la progresía y separatistas catalanes: toda organización que usa la violencia insurreccional tiende a presentar sus acciones como uso legítimo de la violencia y caracterizar las acciones de otros grupos o del Estado como ilegítimas.
Para el notable historiador español, Claudio Sánchez-Albornoz "la revolución de Asturias y el movimiento de Barcelona dieron una estocada a la República que acabó a la postre con ella". Prólogo al libro de José Tarín-Iglesias, La rebelión de la Generalidad, Plaza & Janés Editores, Barcelona 1988, pág. 12 ; y en otro momento añadió: "La revolución de octubre, lo he dicho y lo he escrito muchas veces, acabó con la República. Ella y la vehementia cordis que Plinio atribuía ya a los españoles." Claudio Sánchez-Albornoz, Mi testamento histórico-político, Editorial Planeta, Barcelona 1975, pág. 44
Para el filósofo y discípulo más destacado de Ortega y Gasset, Julián Marías la Revolución de Octubre fue algo desastroso que sirvió para cargarse la República: "La República murió entonces. Fue la negación de la democracia, el no aceptar el resultado de unas elecciones limpísimas." Diario La Nueva España, 6 junio 1996, pág. 54.
El que fuera médico, científico, historiador, escritor y pensador español, Gregorio Marañón escribió: "La sublevación de Asturias en octubre de 1934 fue un intento en regla de ejecución del plan comunista de conquistar España." Gregorio Marañón, Obras completas, tomo IV, Espasa Calpe, Madrid 1968, pág. 378.
Para José Maldonado, presidente de la República en el exilio, la Revolución de Octubre fue un error porque "si en España había una democracia no era legítimo que se preparara una subversión y es un error frente a una República democrática preparar una revolución social, que desde el principio está condenada al fracaso" Diario La Voz de Asturias, 5 octubre 1984, pág. 30.
Enlace: La Revolución de Octubre de 1934 en Asturias de José María García de Tuñón Aza
EL 16 y 23 de febrero de 1936 se presentan unidas bajo la marca "Frente Popular" la progresía y los separatista vascos y catalanes.
Desde 1933 ya el PSOE, CNT y UGT iniciaron la violencia callejera; y en febrero de 1936 se reanudo la violencia izquierdista. Lógicamente, los falangistas como respuesta a esta violencia hicieron su aparición.
Meses después del "triunfo" del Frente Popular, el PSOE (Largo Caballero) decidió tomar todo el poder, cambió su estrategia y puso todo su esfuerzo en el desgaste del gobierno republicano del Frente Popular. Practicando la violencia, atentados, asesinatos,etc., buscaba la desaparición de la democracia burguesa e implantar su dictadura del proletariado (socialismo real o socialismo imperante en la Unión Soviética). Esta fase prerrevolucionaria lograría el debilitamiento definitivo del poder capitalista y clerical mediante huelgas, violencias e incautaciones de propiedades privadas.
«Cuando la violencia procedió de los falangistas, lo fue, al menos en principio, como respuesta a la violencia continuada de la izquierda.» (pág. 298.) Ciertamente, los falangistas liquidaron a unos cuantos del Frente Popular, es bien cierto, «Aunque la mayor parte de la violencia durante la República siempre había provenido de la izquierda.» (pág. 300.) Stanley G. Payne, El colapso de la República, los orígenes de la Guerra Civil (1933-1936).
Quiero terminar esta sección con las palabras del que fuera presidente del PSOE , Ramón Rubial:
"El día que se meta el escalpelo a la historia de España y se conozca la responsabilidad del Partido en el desencadenamiento de la guerra civil, posiblemente tengamos un baldón de ignominia por no haber sabido estar a la altura de las circunstancias…" un compromiso con el socialismo, Madrid 1986, pág. 22. Prólogo de Felipe González.
En definitiva, todos fueron culpables; y de los que más el Partido Socialista.
La Guerra Civil fue un fracaso de España y de los españoles; materializado y encarnado en lo que fue la República del Frente Popular.
El escritor, historiador y ministro de Instrucción Pública con Lerroux, Salvador de Madariaga, dijo :
“la guerra civil comenzó como una tragedia puramente española, nacida en suelo español y a la manera española. Fue debida a la combinación de las dos pasiones políticas que dominan al español: dictadura y separatismo. Fue debida a la escasez de agua y el exceso de fuego del temperamento español.”
Todas la guerras son malas, porque significan el fracaso de la política; pero las guerras civiles son diferentes del resto; la Paz no llega cuando termina la guerra.
Si nos desprendemos de la carga ideológica, llegaremos a la conclusión de que la Guerra Civil Española (GCE) fue inevitable ; así lo entendieron personajes, sin cuya colaboración no hubiera llegado nunca la II República a España : Manuel Tagüeña en Historia de dos guerras, Marañón en Liberalismo y comunismo; Ortega en Epílogo para ingleses y Azaña en La velada en Benicarló.
Esto lo cuenta el comunista Manuel Tagüeña Lacorte, comandante del XV Cuerpo de Ejército de la República, en sus memorias (Testimonio de dos guerras, página 111. Editorial Oasis .1973 Méjico):
"La responsabilidad del fracaso no era sólo de los gobiernos, sino de la oposición que a derechas e izquierdas no había dado sosiego al nuevo régimen desde el 14 de abril. Hubiera sido mejor encontrar una fórmula aceptable para la mayoría, pero intransigencias, intereses creados, impaciencias y demagogias , se opusieron a ello. Ya no quedaba más salida que la guerra a muerte"
Increíible pero cierto ... una guerra inevitable
Posiblemente se hubiera desencadenado otra clase de guerra civil entre las fuerzas de izquierdas del Frente Popular, como sucedió en la Guerra Civil real en Barcelona en mayo de 1937 y en marzo de 1939 en Madrid. La GCE terminó cuando el coronel Segismundo Casado, el cenetista Cipriano Mera y el socialista Besteiro se levantaron contra los comunistas de Negrín.
Juan Negrín López, siendo Presidente de la República en marzo de 1939, sin importarle el sufrimiento y las muertes de los españoles, buscaba salvar la democracia española alargando inútilmente nuestra contienda hasta el inicio de la II Guerra Mundial. Internacionalizando nuestra contienda, Negrín pretendía lograr para el Frente Popular, el apoyo aliado que nunca había conseguido durante la contienda.
Pero lo que ignoraba el pobre Negrín, era el pacto que el 23 de agosto en 1939 iban a firmar Hitler y Stalin para repartirse Europa. El pacto, denominado de Ribbentrop-Mólotov, se firmó nueve días antes de iniciarse la Segunda Guerra Mundial con la Invasión simultánea de Polonia por los ejércitos Rojos de Stalin y la Wehrmacht de Hitler. El acuerdo entre Hitler y Stalin fue un gran trauma para los refugiados españoles del Frente Popular que supuestamente había luchado en España contra los nazis con el apoyo de Stalin.
Enlace al pacto Ribbentrop-Mólotov
Cipriano Mera: un anarquista idealista y honrado, que debe ser recordado con admiración y respeto
Enlace a Fin de la Guerra Civil Española
Con el paso del tiempo, cuando los dirigentes del PSOE no tuvieron dudas de que el Partido Comunista actuaba como un pelele de Stalin en el Frente Popular, decidieron expulsar al PC de la organización del Frente Popular :
En la madrugada del 13 de julio de 1936 un destacamento de fuerzas de Orden Público, compuesto por guardias de Asalto y militantes socialistas, todos ellos al mando del capitán de la Guardia Civil Fernando Condés militante del PSOE (de uniforme) raptaron y asesinaron a sangre fría, de un tiro en la nuca a José Calvo Sotelo, líder de la oposición y del partido Renovación Española.
El asesino directo fue Luis Cuenca , que junto con el Teniente Castillo del PSOE, se encargaban de la instrucción de la Brigada Motorizada , guardia pretoriana del dirigente del PSOE Indalecio Prieto. Luis Cuenca tenía un largo historial de pistolero político en Cuba.
Tras el asesinato, las fuerzas progresistas del Frente Popular exigieron a Casares Quiroga, presidente de gobierno, armar al pueblo y así poder defender la República de lo que todos anticipaban iba a ocurrir. Pero Casares, con buen criterio, se negó en rotundo a tal petición, no quería pasar a la historia como el Kerenski español. Pero cuatro días más tarde las dos Españas entrarían en una guerra a muerte y sin cuartel.
La trágica secuencia de hechos fue la siguiente:
1 de julio , el dirigente del PSOE, Ángel Galarza justifica su atentado: Calvo Sotelo fue públicamente amenazado varias veces por los políticos del Frente Popular. La última sesión ordinaria de las Cortes resultó muy larga, comenzó a las 7 de la tarde del 1 de julio y se prolongó durante doce horas. Durante ;la sesión el socialista Ángel Galarza contestó a Calvo Sotelo con este comentario: “Pensando en su señoría encuentro justificado, incluso, el atentado personal” . Esta amenaza verbal, por orden del presidente de las Cortes ; Diego Martínez Barrio, del Partido Republicano Radical, se suprimió de las actas pero fueron recogidas por varios periodistas.
13 de julio, primera declaración de guerra. Al mando de un capitán de la guardia civil, fuerzas de Orden Público secuestran y asesina a Calvo Sotelo. La verdad es que Calvo Sotelo tuvo mala suerte aquella noche, ya que como reconocieron los asesinos, José Calvo Sotelo, era su tercera opción. 1ª opción Goicochea, jefe de los monárquicos que no estaba en casa; 2ª opción, Gil Robles , presidente de la CEDA (como el actual PP más o menos y Gil Robles como Mariano Rajoy más o menos), su ausencia de casa también le salvó la vida ; pero al pasar por la calle Velázquez, 3ª opción, subieron a casa de Calvo Sotelo y lo se lo llevaron sin mandamiento judicial; fue un secuestro. Después de que la camioneta nº 17 de los guardias de asalto, recorriera unos 200 metros, Calvo Sotelo ya estaba muerto de un tiro en la nuca disparado por el pistolero Cuenca. Posteriormente los asesinos abandonaron su cadáver en la tapia del cementerio de la Almudena. Una vez de vuelta a la base de los Guardias de Asalto, en la calle Pontejos, procedieron a limpiar los restos de sangre que había en el interior de la camioneta nº 17.
Este crimen demuestra que ya no había legalidad; el Frente Popular la había deshecho. Además es la prueba de la complicidad del Gobierno del Frente popular con el crimen. El gobierno del Frente Popular fue cómplice de los asesinos y fue encubridor de ellos. Los criminales estaban seguros de que no les iba a pasar nada. Efectivamente, fueron exculpados, ascendidos y el sumario desapareció. Pero algunos del comando, murieron días después en el Alto del León. Fernando Cortés y Luis Cuenca murieron el 23 de julio en Somosierra en combate contra los nacionales.
La muerte de Calvo Sotelo, liquidaba definitivamente las diferencias entre el general Mola y Manuel Fal Conde, dirigente de los Carlistas. En la madrugada del 15 de julio el Requeté quedaba a las órdenes del comandante militar de Pamplona una vez autorizado por Javier de Borbón y Parma
A las 11 de la mañana el subsecretario de gobernación, Esplá, anunció a Martínez del Barrio la identificación del cadáver de Calvo Sotelo en el cementerio. Martínez del Barrio concluyó al conocer la noticia, la guerra es inevitable.
14 de julio, se repite la declaración de guerra durante el cortejo fúnebre en el cementerio. El mismo día coincidirían en Madrid los entierros del líder de la oposición Calvo Sotelo y el del teniente de asalto José Castillo, e instructor de las M.A.O.C (milicias de la juventud socialista) , que había sido asesinado por venganza, por las milicias de primera línea de Falange la noche del 12 de julio. El 16 de abril de 1936 el propio José Castillo o uno de sus hombres de las M.A.O.C., asesinó a Andrés Sáenz de Heredia, primo de José Antonio Primo de Rivera. Como represalia el 12 de julio fue asesinado el propio José Castillo.
15 de julio, en la sesión de la Diputación Permanente de las Cortes, los portavoces de la derecha declaran la guerra a las izquierdas
16 de julio, a las 10 de la noche se subleva Tercer Tabor de Regulares de Alhucemas número 5. Su comandante, ha recibido la orden de emprender la marcha nocturna hacia Snada, para incorporarse al día siguiente en Melilla a la sublevación previamente decidida.
17 de julio: una inspección ordenada por las autoridades civiles del Frente Popular en Melilla iba a ser la chispa que desencadenaría la sublevación. Este hecho fortuito adelantaría el levantamiento militar 24 horas respecto a la fechas planificada por Mola.
A las 4 horas y 20 minutos de la tarde del 17 de julio, tuvo lugar el primer enfrenamiento entre fuerzas de seguridad y legionarios, en Melilla. El resto de las guarniciones africanas se incorporarían esa misma noche del 17.
El 18 se sublevaron el general Franco en Las Palmas y el general Queipo en Sevilla. En la mañana del 18 la ciudad de Cádiz y Valladolid por la noche; serían en la Penínsulas las primeras acciones relevantes de la rebelión. La negociaciones entre Diego Martínez del Barrio y Mola, retrasaron el levantamiento general hasta el 19 de julio, incluida Pamplona.
El 18 de julio de 1936 el Ejército de África asume plenamente el control de las plazas y territorios de soberanía y del Protectorado. En Melilla aparece el Telegrama del Rif con el bando de guerra firmado por Franco en portada:
El Telegrama del Rif - Melilla, Sábado, 18 de julio de 1936
Don Francisco Franco Bahamonde, General de División y Jefe de las Fuerzas Armadas de África,
HAGO SABER:
Una vez más el Ejército, unido a las demás fuerzas de la Nación, se ha visto obligado a recoger el anhelo de la gran mayoría de españoles que veían con amargura infinita desaparecer lo que a todos puede unirnos en un ideal común: ESPAÑA.
Se trata de restablecer el imperio del ORDEN dentro de la REPÚBLICA, no solamente en sus apariencia o signos exteriores, si no también en su misma esencia; para ello precisa obrar con JUSTICIA que no repara en clases ni categorías sociales, a las que ni se halaga, ni se persigue, cesando de estar dividido el país en dos grupos, el de los que disfrutan del poder y el de los que eran atropellados en sus derechos, aún tratándose de leyes hechas por los mismos que las vulneraron: la conducta de cada uno guiará la conducta que con relación a él seguirá la AUTORIDAD, otro elemento desaparecido de nuestra nación y que es indispensable en toda colectividad humana, tanto si es en régimen democrático, como si es en régimen soviético, en donde llegara a su máximo rigor. El restablecimiento de este principio de AUTORIDAD, olvidado en los últimos años, exige inexcusablemente que los castigos sean ejemplares, por la seriedad con que se impondrán y la rapidez con que se llevarán a cabo sin titubeos ni vacilaciones.
Por lo que afecta al elemento obrero, queda garantizada la libertad de trabajo, no admitiéndose coacciones ni de una parte ni de otra. Las aspiraciones de patronos y obreros serán estudiadas y resueltas con la mayor justicia posible, en un plan de cooperación, confiando en que la sensatez de los últimos y la caridad de los primeros, hermanándose con la razón, la justicia y el patriotismo sabrán conducir las luchas sociales a un terreno de comprensión con beneficio para todos y para el país. El que voluntariamente se niegue a cooperar o dificulte la consecución de estos fines será el que primera y principalmente sufrirá las consecuencias.
Para llevar a cabo la labor anunciada rápidamente.
Para saber más: cronograma del 17 de julio de 1936
Melilla, Sábado, 18 de julio de 1936
Don Francisco Franco Bahamonde, General de División y Jefe de las Fuerzas Armadas de África,
HAGO SABER: Una vez más el Ejército, unido a las demás fuerzas de la Nación, se ha visto obligado a recoger el anhelo de la gran mayoría de españoles que veían con amargura infinita desaparecer lo que a todos puede unirnos en un ideal común: ESPAÑA.
Se trata de restablecer el imperio del ORDEN dentro de la REPÚBLICA, no solamente en sus apariencia o signos exteriores, si no también en su misma esencia; para ello precisa obrar con JUSTICIA que no repara en clases ni categorías sociales, a las que ni se halaga, ni se persigue, cesando de estar dividido el país en dos grupos, el de los que disfrutan del poder y el de los que eran atropellados en sus derechos, aún tratándose de leyes hechas por los mismos que las vulneraron: la conducta de cada uno guiará la conducta que con relación a él seguirá la AUTORIDAD, otro elemento desaparecido de nuestra nación y que es indispensable en toda colectividad humana, tanto si es en régimen democrático, como si es en régimen soviético, en donde llegara a su máximo rigor. El restablecimiento de este principio de AUTORIDAD, olvidado en los últimos años, exige inexcusablemente que los castigos sean ejemplares, por la seriedad con que se impondrán y la rapidez con que se llevarán a cabo sin titubeos ni vacilaciones.
Por lo que afecta al elemento obrero, queda garantizada la libertad de trabajo, no admitiéndose coacciones ni de una parte ni de otra. Las aspiraciones de patronos y obreros serán estudiadas y resueltas con la mayor justicia posible, en un plan de cooperación, confiando en que la sensatez de los últimos y la caridad de los primeros, hermanándose con la razón, la justicia y el patriotismo sabrán conducir las luchas sociales a un terreno de comprensión con beneficio para todos y para el país. El que voluntariamente se niegue a cooperar o dificulte la consecución de estos fines será el que primera y principalmente sufrirá las consecuencias.
Para llevar a cabo la labor anunciada rápidamente.
Pero volvamos a la tarde del 17 de julio. Enterados fortuitamente el presidente de las cortes y del gobierno, una hora más tarde del incidente, no le dieron mucha importancia. En Melilla se había iniciado la rebelión, y llega una de los momentos brillantes de la II República, cuando le dicen a Casares Quiroga que se ha levantado el ejército en África y contesta, ¡Ah! que se ha levantado, pues yo me voy a dormir. La chispa esperada, tras el asesinato de Calvo Sotelo, ya era una realidad y había saltado en Melilla. El gobierno no creyó en la gravedad de la situación, pensó en la típica asonada militar y en consecuencia no aprovechó la ventaja inicial de la situación.
Entrevista al prestigioso historiador americano, Edward Malefakis en el periódico El País 11 de octubre de 2006 Enlace a la entrevista
"No entiendo por qué Azaña, cuando se produjo el asesinato de Calvo Sotelo (¡sólo unos días antes del golpe!), no fue a la radio a hacer uno de sus grandes discursos que hubieran contribuido a enfriar los ánimos. Tenía que haber condenado con fuerza aquel crimen. Franco todavía no había decidido incorporarse a la rebelión y tampoco algunos de los que en Sevilla se decantaron finalmente por el golpe. Sin el aeropuerto de la ciudad andaluza no hubieran podido llegar las fuerzas marroquíes y, sin éstas, la República hubiera resistido.
Con objeto de aislar Marruecos, Casares ordenó el envío de unidades navales hacia la zona del estrecho de Gibraltar, para impedir el paso a la Península del Ejército de África. También acompañó el despliegue con el envío de aviones para bombardear la zona del alzamiento. Durante toda la tarde estuvo al teléfono hablando con los mandos militares y capitanías generales para asegurarse la fidelidad a la República.
El plan de los nacionales se vio inexplicablemente favorecido por las torpes decisiones del gobierno del Frente Popular. El gobierno en su afán de poner trabas a posibles levantamientos militares, no se le ocurre otra cosa que la brillante idea de destinar a Franco a Canarias. Destinado a Canarias, Franco podría entonces controlar el alzamiento desde el norte de África. Con lo cual el riesgo de que el Ejército de África fuera utilizado contra los rebeldes desaparecía; por el contrario se convertía en la principal baza de los alzados. Gran éxito el ministro Giral, que con la idea de mandar a Franco lo más lejos posibles, se lo puso en bandeja a los nacionales facilitando a las tropas de regulares y legionarios un general con mucha experiencia y sobre todo con gran prestigio entre ellos.
Liderado por Franco, durante la madrugada del 18 de julio, se impuso la rebelión en las Canarias. En un comunicado radiado, saludó al ejército de Marruecos, como el “heroico Ejército de África”; le animaba a tomar decisiones; pero el estrecho de Gibraltar iba a impedir el paso de los legionarios y regulares a la Península. Estas horas fueron las más críticas para haber neutralizado la rebelión. El Gobierno de la República no debería tener miedo si mantenía a los rebeldes en África bloqueando el Estrecho de Gibraltar.
Un grave error del gobierno del Frente Popular fue ordenar bombardear Tetuán el 18 de julio. Este sería el primer bombardeo de la Guerra sobre población civil. Pero para desgracia del gobierno del Frente Popular, tres de las bombas cayeron sobre el barrio moro de Tetuán, lo que por venganza facilitó enormemente la recluta de soldados moros en Marruecos para el bando rebelde.
Este error estratégico fue hábilmente aprovechado por mandos nacionales que lograron el apoyo del Gran Visir, gracias al teniente coronel Beigbeder, del Ejército Español y al prestigio de Franco entre los líderes musulmanes de Marruecos.
Cuando Franco llega a Tetuán el día 18 ya había triunfado la rebelión, lo que sin duda evidencia que Franco era un militar muy prudente. Una de las primeras cosas que hizo Franco en Tetuán , fue imponer al Gran Visir la Laureada de san Fernando. Curiosamente, esta fue la primera condecoración de la Guerra Civil Española. Una condecoración muy bien aprovechada por Franco con una abundante llegada de moros voluntarios al Ejército de África.
La situación inicialmente parecía ir bien para el Gobierno. Gracias a la acción decidida un telegrafista llamado Balboa, el ministerio controló completamente la armada. Parecía que todo estaba bajo su control; no había ningún peligro. Solamente en Sevilla, un reducidísimo grupo de militares, dirigido por Queipo de Llano se movía a toda velocidad entre las estrechas calles sevillanas.
Pero la situación empezaba a cambiar para desgracia para la República. Por la tarde las audaces acciones de Queipo en Sevilla y algunas escaramuzas en Cádiz, Córdoba, Málaga pusieron muy nervioso al gobierno.
Las operaciones de Queipo resultarían decisivas para la consolidación posterior del Ejército de África en la Península. Queipo utilizando la típica técnica del “agitprop” comunista, desarrollo la capacidad de la radio como arma de guerra. Se dedicó a difundir reiteradamente por la ondas de la radio en Sevilla falsas informaciones y brutales mentiras y amenazas, pero con gran efecto sobre la moral de los dirigentes de la República en Madrid. Con unos pocos soldados montados en algunos vehículos militares descapotados, circulando vertiginosamente y sin parar durante horas y horas por las calles de Sevilla, consiguió convencer a los sevillanos de que Sevilla estaba ya en manos de los nacionales.
Queipo de Llano , inspector general de carabineros, se sublevó en Sevilla con poco más de un centenar de soldados. En aquel momento, además de seguir siendo republicano se levantó levantando la bandera de la república.. Como Queipo tenía muy claro que con un centenar de hombres no se controla una ciudad y menos una región cuna de la CNT-FAI; sube a los hombres a un camión y los pasea por las calles sevillanas.
Queipo montó en cinco camiones con matrícula de Cádiz, a los moros y legionarios procedentes de los Tercios de África, que habían llegado a Tablada en un vuelo de Melilla en la misma mañana del 20 de julio. Los cinco camiones, formaron un carrusel dando vueltas y más vueltas por las calles de Sevilla. Crea la sensación de que Sevilla había sido tomada por un enorme ejército de rebeldes nacionales. Realmente el 20 de julio, no llegaban a 100 los soldados africanos en Sevilla; pero eso sí, muy muy bien paseados.
El 17 de julio, los rebeldes ya habían triunfado en Marruecos, el 18 en Canarias y en Sevilla ciudad. El 19 al levantamiento de Queipo en Sevilla, le siguen en Andalucía las autoridades militares y políticas de Córdoba y Cádiz; el día 20 se alzan Granada y Almería. Fracasa el 18 en Málaga y Jaén. En Zaragoza , la capital de la CNT, se alza con gran facilidad la 5ª división al mando de Cabanellas, un general masón y republicano; le siguen las guarniciones de la 5ª división de Calatayud, Jaca y Soria. A la 7ª división, con sede en Valladolid ,se suma al alzamiento y también le siguen las guarniciones de Salamanca, Segovia, Zamora, Cáceres, Segovia y parte de Ávila. También se suma la 6ª división con sede en Burgos.
Al mediodía del 19 de julio parecía que el golpe iba a triunfar en toda España, porque donde se había producido había triunfado. Pero la situación cambia el mismo 19 cuando tienen lugar los sonados fracasos del general Fanjul en Madrid y del general Goded en Barcelona; lo que para los rebeldes iba a ser un golpe de estado, una asonada militar, se convierte en una Guerra Civil
Fanjul, a diferencia de Queipo en Sevilla con muchos menos soldados, se encerró en el Cuartel de la Montaña, desde donde pretendió dominar Madrid. El intento, terminó el día 20 con el fusilamiento de cerca de 160 prisioneros sin juicio alguno. Porque evidentemente no estaban por juzgar a nadie.
Posiblemente el levantamiento fracasa en Barcelona y Madrid por falta de jefes militares competentes o por la oposición de las fuerzas locales, como es el caso del coronel Escobar de la Guardia Civil en Barcelona.
El fracaso del levantamiento en Madrid , tiene como consecuencia el inmediato fracaso en Guadalajara, Badajoz, Ciudad Real y en Toledo; excepto el bastión del Alcázar, donde resistiría Moscardó hasta su liberación en septiembre por las tropas de Franco Enlace a la batalla del Alcázar de Toledo
Evidentemente, lo que le debió el Frente Popular a Antonio Escobar Huerta, nunca se lo debió a Buenaventura Durruti. A pesar de sus profundas convicciones católicas y de la represión del Frente Popular hacia la Iglesia católica, Escobar decidió defender a la II República hasta el final.
Al final de la guerra, durante el golpe de Casado contra Negrín, el entonces ya general Escobar y su Ejército de Extremadura aplastaron la resistencia comunista en Ciudad Real. Finalmente Escobar rindió sus tropas al general Yagüe en Ciudad Real y aunque Yagüe le ofreció una avioneta para escapar a Portugal, Escobar prefirió quedarse y compartir la suerte de sus tropas. En aquel momento, Escobar era el único general del Ejército Popular que permaneció en España. Antes ya habían huido desde el aeródromo de Monóvar (Alicante) Modesto y Lister Enlace a Batalla Final de la Guerra Civil
En Madrid, Casares Quiroga con muy buen sentido seguía negándose a armar al pueblo. Pero a las seis de la tarde se reunieron en el Ministerio de la Guerra, Diego Martínez Barrio, Indalecio Prieto, Largo Caballero y Marcelino Domingo. En dicha reunión, Largo Caballero exigió inmediatamente armar al pueblo y el resto de los políticos progresistas republicanos dieron la callada por respuesta.
A las ocho de la tarde del 19 de julio, viendo cómo evoluciona el alzamiento, dimitía el presidente de gobierno Casares Quiroga. Azaña nombró a otro masón como presidente de gobierno, Diego Martínez Barrio (Gran Maestro del Gran Oriente Español) ,que tan sólo estaría unas horas ejerciendo dicho cargo. Con este nombramiento, Azaña pretendía un acercamiento a los rebeldes.
La Pasionaria, dirigente comunista, lanza por la radio un encendido discurso:
“Vibra de indignación el país ante estos desalmados que quieren, por el fuego y la violencia, sumir la España democrática y popular en un infierno de terror. Pero no pasarán. España entera está en pie de lucha. ¡Trabajadores! El Partido Comunista os llama a ocupar un puesto en el combate para aplastar definitivamente a los enemigos de la República y de las libertades populares. ¡ Viva el Frente Popular! ¡ Viva la unión de todos los antifascistas! ¡ Viva la República del Pueblo!”
A pesar de lo que estaba ocurriendo y de lo que se decía por la radio, durante aquel fin de semana del 18 de julio de 1936, hubo normalidad en muchas ciudades de España. Era verano y el domingo 19, muchos se fueron a la playa, hacía mucho calor y los españoles estaban de vacaciones. Mientras tanto, en la sierra de Madrid, se celebraba la tradicional prueba ciclista de la Subida a los Puertos, que se adjudicó el ciclista sevillano Antonio Montes. El lunes 20 como si no pasara nada, abrieron los comercios en la mayoría de las ciudades de España como si tal cosa. Pero 21 de julio, en Madrid, ya se había producido el asalto al cuartel de la Montaña con un trágico balance de muertos, fusilados y asesinados con el tiro en la nuca.
A las 12 de la noche, el gobierno ya había perdido el control del pueblo, grupos armados de sindicalistas patrullaban libremente por las calles de Madrid. El ambiente de guerra en el centro de Madrid era evidente. Por mandato de Largo Caballero, algunos militares ya habían repartido 5.000 fusiles entre los sindicalistas. El estado de la República se estaba diluyendo como un azucarillo en un vaso de agua
De madrugada Martínez Barrio intento un acuerdo con el general Mola. Ahora los republicanos trataban de ofrecerle un acuerdo que garantizara el orden público. En la versión del propio Mola, el general habría respondido:
” Estoy a las órdenes de mi general don Francisco Franco y me debo a los bravos navarros que se han colocado a mi servicio. Es tarde, muy tarde. Ni a mí me respaldarían los míos ni a usted le respaldarían los suyo”.
Posiblemente Mola reconociera más la autoridad de Franco que la de Sanjurjo que moriría al día siguiente, en un accidente de aviación cerca de Lisboa cuando se dirigía a Burgos. Tampoco es raro que el gobierno no se dirigiera a Franco, sino a Mola, el director del levantamiento. Pero en la madrugada del 18, Franco ya actuaba como líder de la sublevación.
Martínez Barrio formó un equipo de gobierno incluyendo a ministros ajenos al Frente Popular, para que de esta forma ofreciese alguna confianza a los rebeldes. Pero los revolucionarios progresistas vieron que era un intento de arreglo con los rebeldes. La presión en contra del gobierno en la calle fue muy intensa, con los militantes comunistas y socialistas junto con los sindicalistas, clamaban contra el gobierno. Madrid estaba tomada con camiones y coches con gente armada y banderas rojas de UHP, CNT que bramaban contra el gobierno de la república.
Martínez del Barrio, completamente sobrepasado por la progresía armada en la calle, presentó la dimisión irrevocable e inmediatamente huyó a Valencia sin tan siquiera avisar a Azaña. Posiblemente en este momento se había consumido la Segunda Republica y había nacido Tercera, la del Frente Popular.
El día 20 aproximadamente ya estaban definidas lo que iban a ser las dos Españas. Mola, al fracasar el levantamiento en Madrid, no se hace con el control de todo el Norte, se quedó sin Santander, Guipúzcoa y Vizcaya. Goded se estrella en Barcelona y como consecuencia fracasa en la Div. 3ª, Valencia, Murcia y Cuenca. Aranda controla Oviedo, al igual que Sevilla, se convierte en un islote dentro de Asturias. En Castilla la Vieja y Galicia los alzados lograr una victoria total.
Azaña claudicó ante los que pedían armar al “pueblo”. El 19 nombró como presidente de gobierno a José Giral Pereira (IR) totalmente partidario de armar a los militanres de los sindicatos (CNT-FAI y UGT) progresistas.
La legalidad republicana, por decisión de Azaña, Presidente de la República, fue sustituida el 19 de julio de 1936 por una revolución anarquista, y más tarde en septiembre, por un gobierno revolucionario cuando los republicanos de izquierda fueron apartados del gobierno y los marxistas tomaron el poder liderados por Largo Caballero, cuyo cariñoso mote entre las fuerzas progresista españolas del momento era "El Lenín Español" .
Giral inmediatamente después tomar posesión del cargo, además de ordenar la entrega de armas "al pueblo progresista", saca de las cárceles a los presos comunes partidarios del Frente Popular. A las pocas horas de su nombramiento, se desató un vertiginoso movimiento revolucionario. Las armas del ejército circulaban abundantemente entre militantes y sindicalistas de izquierdas. Las armas en manos de los milicianos más que la defensa, pudo ser el final del régimen del 14 de abril; ya gravemente herido desde el golpe de estado socialista de octubre del 34 (revolución de Asturias). En adelante los miliciano sostendrían al los gobiernos de Azaña, pero sin ninguna autoridad real del presidente de la República. La revolución que había sido alimentada mediante continuos titulares incendiarios en la prensa, era inevitable y por otro lado la izquierda resultó impotente ante las presiones revolucionarias de los milicianos armados hasta los dientes.
Esto lo cuenta el comunista Manuel Tagüeña Lacorte en sus memorias (Testimonio de dos guerras, página 111. Editorial Oasis .1973 Méjico):
“La situación real, que podía observar el que mirase a la calle, es que había terminado la Segunda República. La sublevación militar, paradójicamente, había desencadenado la revolución que pretendía impedir y el poder efectivo estaba en manos de los grupos armados, de anarquistas, socialistas y comunistas, aunque se mantuviera formalmente el gobierno como símbolo de la legalidad republicana ante la opinión internacional. Cada grupo con sus objetivos, sus programas y sus fines diferentes y muy pronto cada uno con sus unidades de milicianos, sus policías , sus intendencias y hasta sus finanzas. En cuanto a los republicanos, habían ido barridos por los acontecimientos y muy poco iban a significar durante la guerra”
Manuel Tagüeña, con 24 años mandó a los de 70.000 soldados del XV Cuerpo de Ejército de la República durante la Batalla del Ebro. Matemático, físico, médico y un gran militar. Durante la Batalla del Ebro fue el responsable de proteger y dar cobertura al ejército republicano durante su retirada.
Azaña se quejaba amargamente de la pérdida de autoridad de su posición como Presidente de la 2ª República; y sobre todo se quejó de la deslealtad de los separatistas catalanes de la Izquierda Republicana de Cataluña, ERC (Companys):
“Su deber más estricto, moral y legal era haber conservado para el Estado los servicios, instalaciones y bienes que le pertenecían en Cataluña. Se ha hecho lo contrario. Desde usurparme el derecho de indulto, para abajo, no se han privado de ninguna transgresión. Asaltaron las aduanas, el Banco de España, Montjuich, los cuarteles, el parque, la Telefónica, la CAMPSA, el puerto, las minas de potasa... ¡Para qué enumerar! Crearon la Consejería de Defensa, se pusieron a dirigir la guerra, que fue un modo de impedirla, quisieron conquistar Aragón, decretaron la insensata expedición a Baleares, para construir la Gran Cataluña...”
En su libro de La Velada de Benicarló, Azaña señalaba con nitidez cuál era el problema que llevaría al Frente Popular a la impensable derrota ante los rebeldes del bando nacional :
“Proliferan por todas partes comités de grupos, partidos, sindicatos; de provincias y regiones, de ciudades, incluso de simples particulares. Todos usurpan las funciones del Estado, al que dejan inerme y descoyuntado. La democracia que había, se acabó al empezar la guerra”
El mando del Frente Popular confiaba en el fervor miliciano y en una rápida desmoralización de las tropas del bando nacional que desertarían ante el ímpetu revolucionario de los milicianos defensores de la legalidad del Frente Popular.
Los planes inicialmente previstos por los rebeldes no se cumplieron. El diseño original del alzamiento, se basaba en levantamientos escalonados en Marruecos y la península los días 18 y 19, lo que les llevaría a una rápida victoria en menos de cuatro días. Pero la realidad era muy distinta. Les habían derrotado ampliamente en muchas zonas de España. La derrota fue especialmente cruel en Madrid, donde el intento de sublevación fue aplastada brutalmente en el Cuartel de la Montaña
Al perder la iniciativa, los alzados tenían un futuro de color hormiga. La posibilidad de una victoria rápida se esfumaba. Con el Ejército de África bloqueado en el Estrecho junto con el enorme desbalance de recursos frente a sus enemigos, les llevaría muy probablemente a la derrota definitiva muy pronto.
En la sesión de la Diputación permanente del 16 de junio de 1936, en relación al los días transcurridos desde 16 de febrero (inicio del gobierno del Frente Popular) al 15 de junio, Gil Robles aportó estos datos estadísticos:
" 196 iglesias totalmente destrozadas; 334 muertos, 78 centros políticos destruidos, 192 huelgas generales, 10 periódicos desechos". Ningún diputado del Frente Popular lo negó. Casares Quiroga amenaza de muerte a José Calvo Sotelo.
En la sesión de la Diputación permanente del 15 de julio de 1936, en relación al los días transcurridos desde el 16 de junio al 13 de julio, Gil Robles aportó estos datos estadísticos:
"Incendios de iglesias, 10; atropellos y expulsiones de párrocos, 9; robos y confiscaciones, 11; derribos de cruces, 5; muertos, 61; heridos de diferente gravedad, 224; atracos consumados, 17; asaltos e invasiones de fincas, 32; incautaciones, 16; centros asaltados e incendiados, 10; huelgas generales, 15; huelgas parciales,129; bombas, petardos y lanzamientos de líquidos inflamables, 139; incendios no comprendidos los de iglesias, 19". José María Gil Robles, No fue posible la paz, Ariel, Barcelona 1968, pág. 629.
Según los datos aportados por Gil Robles en las Cortes; desde el 16 de febrero hasta días antes del levantamiento, hubo 335 muertos, 207 huelgas generales y se quemaron 206 iglesias.
El mismo 19 de julio estalla la revolución en España y las organizaciones del Frente Popular aceleran la quema de iglesias y los fusilamientos de novicios, frailes, sacerdotes y monjas de todas las edades y oficios. En Madrid ya arden más de 50 iglesias.
Paradójicamente, este genocidio o persecución religiosa, sería uno de los factores esenciales que más fuerza moral aportaron al bando nacional y que indudablemente ayudaron a la victoria final de la guerra. Cuando veían como los revolucionarios del Frente Popular les acosaban "hueles a cera" y les y perseguían por su fe religiosa, como les estaban matando por ir a misa; esto les animaba a resistir hasta la muerte, porque de todas formas sabían que les iban a matar.
Mientras unos iban a la guerra a morir con un escapulario en el pecho; otros iban sin otro ideal que el del partido o del sindicato. La fe religiosa tenía también una ventaja desde el punto de vista militar. Los del escapulario tenían que obedecer y morir o no, pero por un fin superior, superior a un partido. Los otros morían y mataban por diferentes modelos políticos, comunista, anarquista, socialistas; pero el bando nacional tenía básicamente la religión católica y la oposición al enemigo.
Pasado 3 días desde el Alzamiento Nacional, era hora de hacer balance de los recursos disponibles de cada bando. La verdad es que por la cantidad de recursos económicos y militares, la guerra debía durar poco.
El problema esencial del Frente Popular, fue la falta de organización. Los milicianos se impusieron rápidamente sobre las tropas regulares, quedando relegados los oficiales profesionales a simples asesores sin mando en ropa.
Al iniciarse la Guerra Civil, en manos del Frente Popular quedó alrededor del 72% del territorio 360.000 kilómetros cuadrados, sobre un total de 500.000 Km cuadrados y con el 63 % de la población, 15,2 millones de españoles sobre un total de 24,2 millones.
También contaban con el aparato completo de la Administración Central del Estado, con todas las reservas de oro del Banco de España, estos recursos financieros imprescindibles en cualquier guerra. Concretamente las reservas de oro (639 toneladas) estaban valoradas en 2.500 millones de pesetas y las de plata (3.300 toneladas) en 650 millones de pesetas. En manos de los rebeldes quedaron 9 millones de pesetas de oro y 123 millones de pesetas en reservas de plata
El Frente Popular contaba con casi toda la industria militar y civil, industria química, como las minas de carbón y de hierro, industria metalúrgica, los altos hornos, la mayoría de los cultivos de regadío, con la mitad de la producción de cereales y ganadería .
Concretamente, el Frente Popular controlaba la valiosa Franja del Cantábrico donde se encontraban localizados los imprescindibles recursos mineros: el hierro, el carbón y toda la industria pesada. Gracias a su alta densidad de población y de fábricas de armamento militar (cañones, ametralladoras, explosivos, armas cortas, etc.) podrían seguramente alcanzar rápidamente sus objetivos militares.
Además de esto, también había amplios puertos y muy buena comunicación terrestre con Francia ( también gobernada por su Frente Popular, a través de Guipúzcoa.
La zona de los nacionales era extensa, poco habitada y sin infraestructura de guerra. El alzamiento había triunfado en la mitad sur. Controlaban las capitales de las provincias de Sevilla, Córdoba y Cádiz, pero no sus territorios provinciales, que permanecía leales al Frente Popular. Otros territorios que habían quedado en manos nacionales fueron Albacete, Oviedo, Toledo y el cuartel de Simancas, en Gijón. También las islas Canarias y Baleares (aunque rápidamente perderían Menorca, Ibiza y Formentera).
Bajo el control del Frente popular, quedaron todas las fábricas de armas: Toledo, Murcia, Trubia, Reinosa, Eibar y Plasencia. En manos de los rebeldes sólo contaban con la fábrica de pólvora de Granada y con la de munición de artillería de Sevilla.
El gobierno contaba con la lealtad de la mayor parte de los jefes del ejército. La rebelión sólo estuvo apoyada por el director general de los Carabineros (Queipo de Llano) y 4 generales de brigada y división (Cabanellas, Franco, Goded y Mola). Es decir el bando de los nacionales no se rebeló como un solo hombre contra una banda de milicianos .
La situación al inicio de la rebelión es la siguientes:
Jefes de división orgánica en la Península: 8. Con el Frente Popular quedaron 7 (87 %) y con los rebeldes 1 (13 %) , Cabanellas
Mandos de división o similares: 21. Con el Frente Popular 17 (81%) y con los rebeldes 4 (19 %), Franco, Goded, Queipo y Mola
Generales de brigada: con el Frente Popular el 80%
Coroneles y tenientes coroneles: con el Frente Popular el 70 %
Comandantes: con el Frente Popular el 50 %
Oficiales y suboficiales jóvenes: capitanes, tenientes, sargentos quedaron con el Frente Popular el 20 % y la gran mayoría, el 80 % con los nacionales
Son contados los casos de rebelión de soldados y suboficiales contra sus oficiales; por el contrario lo frecuente fue la rebelión de oficiales contra sus jefes y generales. El Alzamiento Nacional, en realidad fue un levantamiento de los militares más jóvenes .
La posibilidad de triunfo del bando nacional, radicaba en las posibilidades del pequeño pero disciplinado Ejército de África que tendría un papel decisivo en la contienda civil española. Los nacionales tenían puestas sus esperanzas en este pequeño ejército, pero estaba al otro lado del estrecho y el Frente Popular los tenía bloqueados gracias al control casi completamente la Armada Española. El tiempo corrían rápidamente en contra del bando nacional.
La pérdida de la flota para los rebeldes iba a ser muy crítica para sus intenciones. Gracias al radiotelegrafista Benjamín Balboa, que pudo alertar, el 18 de julio, desde Madrid a las tripulaciones de los buques del inicio de levantamiento, la Armada quedo casi en su totalidad leal a la República, una baza en principio decisiva. Balboa fue reconocido como un héroe en el bando del FP.
En la siguiente tabla se refleja la distribución de fuerzas. La mayor diferencias la vemos en el número de destructores 14:1 y submarinos: 12:0 . Todos los submarinos disponibles, 12 en total en la base de submarinos de Cartagena, quedaron en manos del Frente Popular. También ambos bandos disponían cada uno de un obsoleto acorazado.
Al inicio de la contienda, el Frente Popular controló, el 65% de la tropa de la armada, 12.990 marinos; mientras que los nacionales se quedaban con tan solo 6.996 que suponía un 35 %
En la aviación las situación no era diferente, el Frente Popular controlaba el 78 % de los aviones disponibles en España; 425 aparatos de un total de 5.443 de todo tipo. El 78 % de la tropa estaba en el bando del Frente Popular
Las fuerzas de seguridad se repartieron según lo reflejado en la imagen inferior. De un total de 30.064 guardias civiles y 17.650 guardias asalto, 29.857 permanecieron fieles al FP, el 63 %. En el Frente Popular se quedaron el 70 % de los Guardias de Asalto y el 58 % de la Guardia Civil.
De poco servirían al bando nacional el heroísmo de los legionarios y regulares sin los recursos financieros e industriales de España. En esencia, el bando del Frente Popular en la Península tenía una gran superioridad en recursos materiales, humanos, económicos y además contaba con toda la fuerza exterior del Estado. Esta superioridad se mantendría hasta muy avanzado 1937.
Al inicio de la guerra, era el ejército de África lo único que podría decantar la victoria hacia el bando nacional, pero la ventaja aeronaval del Frente Popular se lo iba a poner muy difícil a Franco para conseguir trasladar los regulares y legionarios a la Península.
La brutal ventaja inicial en infraestructuras, y recursos económico el Frente Popular no iba a ser suficiente. A pesar del tremendo fracaso inicial, los rebeldes tenían a su favor una inexplicable moral de victoria, junto con la decisión de vencer o morir, tanto los militares como sus partidarios.
Posiblemente los nacionales encontraron desde el primer momento, la unidad moral y espiritual que nunca existió en el Frente Popular. Lo que sin duda facilitó la coordinación y un mando único ante un objetivo común.
Alocución radiofónica de Indalecio Prieto el 8 de agosto. El texto refleja exactamente la situación material de las dos zonas: la abrumadora superioridad del Frente Popular aseguraba su victoria; pero Prieto olvidaba el factor moral, que a lo largo de la guerra resultó decisivo.
…. Mis palabras de hoy, han de ser profundamente reflexivas. Es muy viejo el concepto de que una guerra la gana aquella de las partes de la lucha que dispone de más medios para resistir. Una guerra no es simplemente heroísmo, no es simplemente valentía… una guerra es sobre todo, medios de resistencia. Pues bien, los medios que disponen los sublevados son inferiores a los medios del Estado español, a los medios del Gobierno. Si la guerra, cual dijo Napoleón, se gana principalmente a base de dinero, dinero y dinero, la superioridad financiera del Estado, del Gobierno de la República, es evidente….
... No hay moneda para el español, perdido nuestro crédito público en el extranjero, que la moneda oro. Pues bien; todo el oro de España, todos los recursos monetarios válidos en el extranjero, todos, absolutamente todos, están el poder del Gobierno. El único que puede disponer de ellas, porque en sus manos se hallan, es el Gobierno. …
El día 20, una columna del frente Popular partió de Madrid para tomar por la fuerza Toledo, lográndolo el 21, con la excepción del Alcázar. Otras 4 columnas salieron de Madrid el 21 y el 22 para controlar la sierra de Madrid y Guadalajara.
En Navarra, Mola, con sus fuerzas de voluntarios, el Requeté, iba a intentar la toma Madrid desde el norte, a través del el alto del León y de Somosierra . La operación iniciada el 25 de julio, pronto quedó neutralizada por la fuerte oposición del las tropas del frente Popular. A final de mes, Mola ordenó : «Ni un tiro más. Tengo 26.000 cartuchos para todo el Ejército del norte»
El 21 en Barcelona, Companys de ERC, había formado las Milicias Ciudadanas de Cataluña (los famosos escamots, una fuerza paramilitar con escenografía fascista integrada en ERC) y la Consejería de Defensa, pero para desgracia de la Generalidad y Companys el Comité Central de Milicias Antifascistas, de la CNT les pasó por encima como una apisonadora. Cataluña se adentraba en la espiral revolucionaria.
En nombre de La Gran Cataluña, los catalanes se animaron y con su superioridad industrial de armas y militar se decidieron a ocupar Aragón y Baleares. El 23, la aviación de la Generalidad bombardeó Huesca. El famoso anarquista Durruti, apoyado por Pérez Farrás el comandante de los escamots, dirigió la marcha de la primera columna de Barcelona, hacia Zaragoza, que estaba en manos de los nacionales. Las columnas anarquistas de Barcelona conquistaron gran parte de Aragón, hasta llegar a las capitales, Huesca, Zaragoza y Teruel, donde quedaron clavadas sin lograr sus objetivos. Los catalanes fracasaron estrepitosamente en su intento de tomar Mallorca. La Gran Cataluña iba a esperar un poco todavía.
El coronel Aranda, tras engañar a los milicianos, el 20 de julio declaró el estado de guerra en Oviedo. Para desgracias de Aranda, sus fuerzas quedaron en la ciudad sin poder salir al mar, quedando así expuesto al fracaso final.
Pero el destino final de la Guerra Civil Española (GCE) donde realmente se iba a jugar era en la aguas del Estrecho de Gibraltar. A pesar la gran diferencia inicial de fuerzas, los nacionales iban a intentar todo para pasar los soldados bloqueados al otro lado del estrecho. El problema era el tiempo disponible antes de la posible aniquilación de las pocas fuerzas levantadas en algunas capitales de provincia.
Sin la Armada, el paso del estrecho de las tropas iba a ser un proceso muy penoso, lento y sin ninguna garantía de éxito. Los dirigentes del FP, el mismo día 18 colocaron dos destructores bloqueando los puertos de Melilla y Ceuta. A pesar de esto, en un viejo y destartalado cañonero, desde Ceuta lograron pasar un tabor (batallón) de regulares a Cádiz, y otro tabor a Algeciras a bordo de un cañonero.
El día 19, la armada del FP controlaba las aguas del estrecho con un crucero, dos guardacostas y un cañonero. La propuesta de Franco fue pasar fuerzas mediante un convoy nocturno, protegido mediante los dos aviones de que disponía. El plan no sería viable porque al día siguiente se presentaron además, otro crucero, un acorazado, tres destructores y un torpedero. Ante este despliegue de fuerzas, Franco desistió y pensó en otro plan.
Franco, aconsejado por Kindelán, vio posible la idea de trasladar su ejército por aire. Franco informó a Mola del proyecto. El problema del primer puente aéreo de la historia era el reducido número de aviones disponibles y la también escasa capacidad de transporte por avión. Otro riesgo adicional que podría llevar al fracaso el proyecto era la reducida disponibilidad de cazas: 62 del FP y 12 los nacionales. No obstante se pusieron a trabajar en el proyecto.
El 20 de julio se ponen manos a la obra y comienza el puente aéreo. El paso de los primeros 30 legionarios a Cádiz, se hace mediante 2 aviones.
Posiblemente uno de los errores de Mola, el director o cerebro del alzamiento, fue pensar que no iban a necesitar ayuda extranjera. Como iba a ser un golpe militar no se estableció ningún contacto con potencias extranjeras. Mola lo único que había previsto era la ayuda de la Falange y el Requeté (Navarra). El 19 de julio, Franco se da cuenta que el golpe ha fracasado y que en consecuencia la guerra va a ser larga y dura.
El gobierno del Frente Popular, el mismo 18 de julio piden ayuda a los gobiernos de Francia y Méjico. Francia tenía un gobierno amigo, también de Frente Popular (Front Populaire); y Méjico tenía el mismo modelo político que el de la II República Española, un régimen controlado por la masonería y con apariencia democrático. En los días siguientes, esto es bastante revelador, el Frente Popular pidió también ayuda a Gran Bretaña pero se negó rotundamente. Tenían muy claro lo que se estaba dilucidando en España; y no quería ayudar al frente Popular a implantar en España y régimen revolucionario al estilo soviético.
El 23 de julio, Franco trató de conseguir recursos aéreos, mandando comisiones a Alemania , Italia y Gran Bretaña, en este último caso sólo consiguió la neutralidad. Gran Bretaña no quería intervenir en la guerra civil española pero tenían muy claro que una victoria del Frente Popular sería peor. Mientras tanto el puente aéreo continuaba con unos 9 aviones españoles y un Junquer alemán requisado. Por su parte, el gobierno del FP, también intentó conseguir aviones de Francia y Alemania. Finalmente el 25 y 26 de julio, llegaron a un acuerdo los nacionales con Berlín e Italia y el Frente Popular con París.
El 2 de agosto, salieron de Sevilla en dirección Extremadura, dos pequeñas columnas de legionarios y regulares que había organizado Franco. Objetivo, unir Andalucía con la zona nacional del norte peninsular y suministrar munición a Mola. Antes del 5 de agosto las tropas de Yagüe estaban a 60 km de Mérida
Hasta el 5 de agosto no dispuso Franco en la zona del estrecho de un número significativo de aviones italianos y alemanes. Hasta este día, con mucho esfuerzo, los nacionales consiguieron pasar a la península unos 2.000 soldados por aire, y alrededor de un millar por agua, sin más intervención germana que el Junquer requisado. Fuerzas mínimas, pero de alta calidad que permitieron consolidar la situación de Queipo en Andalucía y seguir progresando.
Después del 10 de agosto, la mayoría de los aparatos que volaban en el puente aéreo ya eran extranjeros. El día 8 llegan nueve aviones de transporte, Junquers JU 52 y algunos cazas Heinkel 51. La velocidad del paso de las tropas africanas comenzaba a animarse.
El 11 de agosto, las columnas nacionales consiguen su objetivo, las dos zonas sublevadas ya están unidas.
El puente aéreo sobre el Estrecho de Gibraltar, permitió a los nacionales nivelar en parte la superioridad del FP en recursos de la armada. A mediados de agosto la situación no era ya tan angustiosa para las tropas de Franco. Se había desbloqueado el Ejército de África, consolidado los débiles enclaves de Andalucía y abastecido de munición al Ejército del Norte de Mola. Hay que reconocer que este éxito lo habían logrado sin la ayuda alemana ni italiana.
El día 5 tuvo lugar otro hecho muy importante que disparó la expectativa de victoria de Franco internacionalmente. Desafiando a toda la armada del FP, iba a cruzar el estrecho un convoy que partiría de Ceuta, denominado de la Victoria, con un importante contingente de tropas, armas y municiones. Los barcos de transporte irían escoltados tan sólo por el cañonero Dato. Era un desafío al gobierno del FP de Madrid y los rebeldes estaban dispuesto a ganarle el pulso en este envite. El riesgo de esta operación temeraria era tal, que ante un viejo cañonero, con tan solo un disparo certero de cualquier crucero del FP hundiría el convoy y las esperanzas de los rebeldes. Yagüe dudó del éxito de la operación pero Franco insistió en seguir adelante con el plan.
El plan era sencillo, consistía en disponer de tan solo dos horas de protección para evitar la aviación del FP, posibilitando así el paso del estrecho del Convoy de la Victoria. Mientras tanto la aviación nacional debería castigar duramente a la escuadra enemiga, para obligarla a alejarse dos horas del pasillo entre Ceuta y Algeciras.
En la zona del estrecho, el FP contaba con el acorazado Jaime I, los cruceros Cervantes y Libertad, los destructores Churruca, Almirante Ferrándiz, Sánchez Bercasistegui, A. Antequera , A. Galiano; el cañonero Laya así como dos submarinos C3 y C4. Hacían un total de 43.310 toneladas y 3060 marinos. Suponía el 90 % - 95 % de los recursos navales del estrecho
Los nacionales contaban con tan solo el cañonero Eduardo Dato, los guardacostas de escaso valor militar Uad Muluya, Uad Lucus y el antiguo torpedero T 19. Un total de 2374 toneladas y 329 marinos
Para el transporte de las fuerzas militares, disponían de los mercantes Ciudad de Algeciras, Ciudad de Ceuta, y los remolcadores Arango y Benot. Para la cobertura aérea, el Convoy de la Victoria iba a contar con el apoyo aéreo de dos viejos hidros Dornier Wal, seis Breguet 19, dos cazas Nieuport, tres fokker F VII civiles y tres Savoia SM 79 italianos, los únicos aviones modernos del contingente aéreo de los nacionales. La desproporción de fuerzas presagiaba lo peor.
A las 6 de la mañana del día 5 de agosto de 1936 Franco llegó a Ceuta desde Tetuán para supervisar la operación. Después de asistir a una misa en el Santuario de Santa María de África, se trasladó al Monte Hacho, donde tenía su cuartel general junto a la Ermita de San Antonio, desde donde iba observar perfectamente el rumbo del convoy que debía llegar a Algeciras. Franco estaba acompañado de los generales Luis Orgaz y Alfredo Kindelán. El teniente coronel Juan Yagüe se encontraba en el puerto en comunicación permanente con el general Franco. Mientras tanto los aviones exploraban el área del Estrecho en un radio de 50 kilómetros.
Al amanecer varios aviones procedieron al reconocimiento del estrecho. Una vez localizado el destructor Lepanto, gracias a un intenso ataque le obligaron a refugiarse en Gibraltar. Al no detectarse más unidades navales en la zona del estrecho, se dio la orden de inicio de la operación.
A las 16:30 se inició la operación. Cada barco del convoy navegando a la máxima velocidad posible, y sin guardar posiciones, se lanzaron a la temeraria aventura. Rápidamente los barcos más lentos queden rezagados, y la mala mar obligó al remolcador Benot volver a Melilla. Con tanto desorden, el cañonero Dato hacía lo posible para escoltar los buques.
Por el oeste del convoy apareció el destructor del FP Alcalá Galiano, abriendo fuego con su batería de proa contra el convoy. El destructor había evitando la acción de la aviación nacional, y se interpuso en la ruta comenzando a cañonear al convoy. El Dato puso proa al destructor, disparando con su batería de 101,6 mm al límite de su alcance efectivo. También con las baterías de costa de Ceuta dispararon desesperadamente contra el destructor. Las descargas del Dato, lograron alcanzar al destructor cuando el convoy entraba ya en la bahía de Algeciras. Aparecieron también los dos hidros Wal que atacaron lanzando hasta 18 bombas ligeras sobre el Alcalá Galiano, que acosado por mar y aire, huye a toda máquina alejándose de la zona de operaciones de esta batalla naval.
La operación tuvo éxito gracias a la intervención del cañonero Dato. El ataque del destructor fue oportuno pero claramente le faltó agresividad y la audacia que sí habían puesto en el empeño las fuerzas nacionales. Esta fue la primera acción en que participaron fuerzas aéreas italianas y alemanas.
Con el Convoy de la Victoria se abría la puerta de la esperanza para unos y de la tragedia para otros. Los nacionales lograron una gran éxito moral y propagandístico internacional además de muchos recursos materiales y humanos: de un solo golpe pasaron un total de 1.600 soldados: la 1ª Bandera de la Legión, el 3º Tabor de Regulares de Melilla, soldados que faltaba del Tercer Tabor de Regulares de Larache, 76 hombres del Regimiento de Automovilismo. También material de transmisiones, cuatro morteros, dos ambulancias, una estación radio móvil una batería de 105 mm con sus 42 artilleros y dos millones de cartuchos. La noticia fue rápidamente conocida en España y en el Mundo.
6 de Agosto: Franco llega a Sevilla procedente de Marruecos.
A pesar del éxito, la flota del FP seguía siendo la dueña del Mediterráneo, dos días más tarde bombardearon intensamente Algeciras, Cádiz, Larache y Tarifa dejando fuera de combate al viejo y heroico cañonero Dato del 5 de agosto.
El puente aéreo continuó con las lógicas dificultades. A finales de octubre habían logrado pasar del ejército de África, un total de 23.400 soldados: 4 banderas de la legión, 2 escuadrones de regulares y 15 tabores. Suponía el 70 % de los efectivos totales. El resto, 11.020 soldados, permanecieron en Marruecos.
Ahora ya sí los nacionales controlaban completamente el estrecho gracias a la presencia del crucero Canarias que recientemente se había botado en El Ferrol.
En todas la guerra suele haber algún hecho crítico que cambia el destino hacia la victoria o hacia la derrota de los bandos contendientes , sin duda el puente aéreo fue este hecho en la Guerra Civil Española.
Durante agosto la situación fue mejorando para el bando nacional. Ganaron la iniciativa, lograron objetivos estratégicos en las ofensivas en Guipúzcoa, Oviedo, Córdoba, Granada, Mallorca . Franco se llegó incluso a plantear la toma rápida de Madrid; pero esto todavía iba a demorarse un poco.
Es verdad que ambos bandos tuvieron mucho apoyo popular. Pero la moral no era la misma. Frente al famoso “no pasaran” de la pasionaria, un lema de resistencia; los rebeldes se lanzaron a una ofensiva total por todo el territorio. Tuvieron siempre la iniciativa, excepto en la ofensiva del Ebro; que fue el principio del fin del bando del Frente Popular. Después de aquella brutal derrota, ya nunca más levantaron cabeza.
La zona nacional mantuvo desde el principio una fortísimamente unidad por el factor religioso y patriótico. Franco, para evitar recelos y problemas de coordinación, rápidamente unió las fuerzas irregulares. Ordenó la unificación de la Falange y el Requeté, creando la Falange Española Tradicionalista y de las JONS (FET y de las JONS), y ya todos lucharon bajo un mando único.
Mientras tanto, el bando del Frente Popular nunca tuvo realmente un mando único, sólo están unidos por el sentimiento anticatólico y por el no pasarán de la pasionaria:
- División política: estaban divididos los partidos republicanos y los partidos obreros del Frente Popular. Había un doble poder, gobierno y los comités de los partidos y sindicatos.
- Recelo del gobierno y milicianos hacia los militares profesionales
- Los separatistas vascos y catalanes hicieron la guerra por su cuenta, sin dejarse mandar por el gobierno central.
Los nacionales, cuando tuvieron que sufrir lo hicieron, se clavaron al suelo y resistiendo con determinación hasta el final: asedios del Alcázar de Toledo, Santuario de la Virgen de la Cabeza, Oviedo y Huesca; estos ejemplos de heroísmo no tuvieron parangón en el bando del Frente Popular.
El día 17 de julio de 1936 se sublevaba la guarnición de Melilla. Era el principio de la Guerra Civil española que había de durar casi tres años y de la que todos fueron culpables. Y de los que más el Partido Socialista, y sino leamos estas palabras que dijo quien fue presidente del PSOE, Ramón Rubial:
«El día que se meta el escalpelo a la historia de España y se conozca la responsabilidad del Partido en el desencadenamiento de la guerra civil, posiblemente tengamos un baldón de ignominia por no haber sabido estar a la altura de las circunstancias…» Ramón Rubial, un compromiso con el socialismo, Madrid 1986, pág. 22. Prólogo de Felipe González
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Paco Domingo
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