Comenzaré esta página con un pequeño recuerdo a modo de homenaje a quién fue el artífice de la victoria de la batalla de Cartagena de Indias, uno de nuestros más grandes héroe de la Historia de España, don Blas de Lezo.
Si queremos recordar momentos heroicos de nuestra armada de guerra, debemos rememorar a un almirante excelente, don Blas de Lezo. Nació en Pasajes, Guipúzcoa el 3 de febrero de 1689. Blas de Lezo pasó a la inmortalidad gracias a su épica, participó en 22 batallas y expediciones, rindió para España decenas de buques del enemigo y jamás nadie pudo decir que se arrodillo ni se humillo ante nadie. Lezo se convirtió en uno de los mejores estrategas de la historia de la Armada Española y en un hombre temido en todos los mares. Los vascos fueron magníficos marineros que han dado momentos brillantes a la Historia de España.
En 1704 Blas Lezo muy joven, estaba alistado en la marina y recibió su bautismo de fuego. Durante la Guerra de sucesión por el trono en España, en Vélez Málaga, se enfrentaron las flotas francesa y española contra la inglesa y holandesa. En esta batalla, Blas recibe un balazo de cañón que le hiere en una pierna. Los médicos deciden seccionar el miembro sin anestesia. Lezo tiene ahora 15 años y ha perdido una pierna. La valentía y el ardor combativo de Lezo, llamó la atención de sus oficiales, lo que le supuso su primer reconocimiento, ascendiendo a la categoría de alférez de navío.
En el sitio de Tulón, perdió un ojo mientras defendía el Castillo de Santa Catalina. Una metralla procedente de un proyectil, le provocó el estallido del globo ocular izquierdo.
1713 perdió el brazo en el segundo sitio de Barcelona. Una bala de mosquete acabó con uno de sus brazos.
La situación física de Blas de Lezo era más que lamentable. Había perdido un ojo, una pierna y uno de sus brazos , pero seguía en activo, seguía luchando, combatiendo como oficial de la armada española. Blas de Lezo soportó los apelativos de patapalo, mediohombre, etc. Lo soportaba, pero no le gustaba mucho que le llamaran el almirante patapalo.
En 2005 los ingleses celebraron el 200 aniversario de su victoria de Trafalgar sobre la flota combinada franco-española en Trafalgar. Para el desfile naval, invitaron a las armadas de todo el mundo y España envió un portaaviones y la fragata 103 "Blas de Lezo". Esta fragata, lógicamente no fue elegida al azar. Fue un recuerdo al astuto guipuzcoano que derrotó con su ingenio y valor a una flota inmensa inglesa en Cartagena de Indias. Los historiadores ingleses, siempre han ocultado esta importante derrota; pero la realidad fue la presencia de la Blas de Lezo para amargarles algo su fiesta y tocarles en su orgullo.
Del 13 de marzo al 20 de mayo de 1741, tuvo lugar La batalla de Cartagena de Indias, entre las armadas española e inglesa. Esta batalla fue decisiva para el desenlace final de la Guerra de la Oreja de Jenkins (1739–1748), uno de los conflictos armados entre el España y Gran Bretaña ocurridos durante el siglo XVIII.
Esta nueva Armada Invencible de 195 navíos, era mayor que la de Felipe II, y la segunda más grande de todos los tiempos, después de la armada aliada que desembarcó en Normandía en la II guerra Mundial . El ejército inglés, comandado por el almirante Edward Vernon, trató de invadir Cartagena de Indias con 32.000 soldados y 3.000 piezas de artillería. Cartagena estaba defendida por 3.600 soldados y 6 navíos españoles. Inglaterra estaba tan segura de su victoria que el rey inglés mandó acuñar monedas celebrando su triunfo, en las que se leía "la arrogancia española humillada por el almirante Vernon y los héroes británicos tomaron Cartagena, abril 1, 1741 " ..... jajajaj !! ... en ellas aparecía Blas de Lezo representado de rodillas entregando su espada al almirante Vernon, eso sí, un Lezo muy completito con todas sus piernas, brazos y posiblemente ojos ... increíble ¿no?
La victoria de las fuerzas españolas, al mando del teniente general de la Armada Blas de Lezo, prolongó la supremacía militar española en el Atlántico occidental hasta el siglo XIX.
Era tiempos muy difíciles para España, en el siglo XVIII estábamos involucrados en multitud de conflictos bélicos. En 1713, España había firmado de manera deshonrosa el Tratado de Utrecht, por el que España había perdido las posesiones continentales europeas; pero todavía quedaban las americanas y sus ciudades que se habían convertido en bastiones críticos para asegurar el comercio con América.
Cartagena de Indias era la ciudad principal en el continente americano para los intereses españoles. Una ciudad bellísima y espléndidamente fortificada, donde los españoles iban a dar una muestra de su valentía y heroísmo en la guerra que pasó a la historia con el nombre de la Guerra de la Oreja de Jenkins. Un conflicto extraño y soterrado por los cronistas.
En las costas de Florida actuaba un pirata llamado Robert Jenkins, que fue interceptado por un guardacostas español, a las órdenes del capitán Juan de León Fandiño. El capitán permitió seguir con vida al pirata y le amputó una oreja; y con la oreja del pirata en la mano, le dijo:
«Ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve».
Como parte de una campaña de la oposición parlamentaria en contra del primer ministro Walpole, Jenkins compareció en la Cámara de los Comunes en 1738. En su comparecencia, Jenkins denunció el caso con su oreja en la mano. Como consecuencia de esta maniobra política, Walpole se vio obligado a declarar la guerra a España el 23 de octubre de 1739.
Esto fue considerado como una afrenta en el parlamento británico y los ingleses declararon la guerra a España; una oreja iba a provocar una guerra. Pero la verdad no era así, los ingleses encontraron la escusa oficial para declararle la guerra a España ya que Inglaterra trataba de desplazar a España y ocupar su posición para su control marítimo y comercial de los mares atlánticos y arrebatarle a España las mejores posesiones americanas de su imperio.
Inglaterra organizó una formación de guerra formidable. Preparó y armó una magnífica flota de 195 navíos entre buques de guerra y transporte, la flota más grande jamás vista hasta la armada aliada del desembarco de Normandía. La flota se puso rumbo a Cartagena de Indias, para tomarla al asalto, era el gran objetivo de los ingleses.
Entre las tropas inglesas estaba el hermanastro de Jorge Washington, el futuro presidente norteamericano, que dirigía un grupo de 4.000 milicianos americanos que iban a participara en la toma de la ciudad.
Junto con los 195 navíos, viajaban 11.000 soldados de asalto, 15.000 marineros, los 4.000 milicianos americanos y 2.000 macheteros negros jamaicanos. Los macheros serían la vanguardia, la carne de cañón de la Gran Bretaña en su intento de conquistar Cartagena de Indias. Importante resaltar que los ingleses eran los mejores artilleros del momento y que iban a contar, en sus buques, con 3.000 piezas de artillería. Inglaterra iba a atacar con lo mejor que tenía en su armada de guerra, en material y personal de asalto, estaba determinada a la victoria y desplazar a España de su Imperio Americano.
En aquellos días, Blas de Lezo era el responsable de la defensa de la ciudad. Cartagena de Indias contaba con unas magníficas fortalezas y castillos que protegían la ciudad. Las fuerzas defensoras eran pocas. Lezo disponía de 3.000 soldados del ejército regular español, reforzados con 600 arqueros indios del interior y unas 1.000 piezas de artillería. Esto es todo con lo que se contaba para asegurar que Cartagena de Indias pudiera seguir siendo española durante los próximos años.
Para el desenlace final de la batalla, resultó decisiva la eficacia de los servicios de inteligencia españoles, que consiguieron infiltrar espías en la Corte Londinense y en el Cuartel General del almirante Vernon. El plan general inglés así como el proyecto táctico de la toma de Cartagena de Indias fueron conocidos de antemano en las Cortes Españolas y por Blas de Lezo. Se dispuso de tiempo suficiente para reaccionar y adelantarse a los acontecimientos.
El virrey Eslava, jefe político y militar del Virreinato, tenía confianza de que el almirante Torres llegaría a tiempo a Cartagena para atacar a Vernon por la retaguardia, pues la flota española estaba anclada en La Habana a la espera de la llegada de la flota inglesa. Pero Torres nunca llegó a Cartagena .......
Cartagena no se iba a rendir y Blas de Lezo se decido por la resistencia a ultranza de la ciudad y organizó los recursos disponibles para este objetivo.
El sabía que tenía pocos recursos, pero aún así pretendía aguantar y resistir con todo lo que tenía. Los 6 navíos disponibles fueron hundidos por los españoles para impedir el movimiento fácil de los barcos enemigos por la bocana del puerto. Antes de hundir los navíos, Blas de Lezo, ordenó desmontar los cañones de las 6 naves y situarlas estratégicamente rodeando la ciudad; las colocó en posiciones claves para.
La gran bahía de Cartagena está dividida en dos bahías naturales con problemas defensivos muy diferentes: la Bahía Exterior limitada por la península de Bocagrande, continente, y las islas de Tierrabomba, Barú y Manzanillo; y la Bahía Interior con el puerto colonial, cerrada también por Bocagrande, continente, y por las islas de Manzanillo y Manga.
El 17 de marzo de 1640, naufragan en la Bocagrande la nave capitana y los galeones Buensuceso y Concepción, de la armada comandada por Rodrigo Lobo da Silva. Los cascos hundidos sirvieron de núcleo colector de arena lo que aceleró la formación de la barra, dificultando la navegación en 1741.
Después de 1640, las mareas profundizan de manera natural el canal de Bocachica cuyo fondo era de barro. Con un ligero dragado, los más pesados galeones y naves de guerra iniciaron su tránsito entre Barú y Tierrabomba, modificando radicalmente todo el sistema defensivo de la bahía de Cartagena. En 1741, el canal de Bocachica sería el adecuado para los navíos de guerra ingleses de tres puentes.
El 13 de marzo de 1741 la imponente flota del almirante Edward Vernon llegaba a la bahía de Cartagena. Vernon ordenó las maniobras oportunas para que las naves inglesas situaran sus flancos frente a las defensas de Cartagena.
15 de marzo, llegan los primeros buques ingleses a Playa Grande y dos días después fondearon sobre la misma playa 195 navíos, pertenecientes a las tres escuadras, comandadas por el almirante Vernon, contra-almirante Chaloner-Ogle y el capitán en jefe Lestock.
19 de marzo, los ingleses continúan sin disparar y estudian el campo de operaciones. Algún pequeño intento de desembarco frustrado por la Boquilla sin relevancia.
20 de marzo, toda la armada inglesa queda anclada en la Punta de Hicacos, muy cerca del puerto de Cartagena; donde estaban los buques españoles Dragón y el Conquistador que impedían el paso a la bahía interior de Cartagena por Bocagrande
Ante la imposibilidad de entrar por Bocagrande, Lestock, al frente de 12 navíos ponen rumbo a Bocachica. Durante la travesía disparan contra la batería de Santiago que disponía de 11 cañones cuyo comandante , el capitán de fragata Lorenzo Alderete, también era el responsable de la batería de San Felipe de Bocachica, con 5 cañones. Fracasaron en su intento de romper el cerco de Bocachica y se mantuvieron disparando contra el castillo de San Felipe de Bocachica.
20 de marzo, consiguen desembarcar 500 efectivos cerca de la batería de Santiago y el 21 desembarca el resto del contingente británico.
Noche del 20 al 21, los ingleses toman la batería de Varadero y con sus cañones disparan a la de Punta de Abanicos. Los españoles abandonan la batería, quedando Campuzano con un sargento y 11 soldados del regimiento de Aragón y dos artilleros. Les responden con cañonazos los buques San Felipe y África, quedando retrasados en reserva el Galicia y el San Carlos.
3 de abril, 18 buques alineados frente a Bocachica inician un terrible bombardeo para romper las defensas de los castillos de San Luis y San José que cierran su paso a la Bahía exterior. Knowles se dirige a la ensenada de Abanicos para destruir definitivamente la resistencia de Campuzano , que finalmente tienen que retirarse con su escasa tropa al castillo de San José.
4 de abril , la batería de Abanicos queda completamente destruida y Lestock vuelve al ataque con objeto ahora de destruir el fuerte de San José y San Luis.
El 4 y el 5 de abril, los fuertes reciben un intensísimo y prolongado cañoneo. Las tres baterías del fuerte de San Luis, que defendían por tierra y mar quedaron desmanteladas y descubiertas las playas para un desembarco. Las murallas del castillo San Luis se derrumbaron y por la brecha abierta cargaron los ingleses a bayoneta calada desde tierra. Ante la imposibilidad de resistir, se tocó retirada y durante toda la noche continuó el desembarco enemigo.
Noche del 5 al 6 de abril, Blas de Lezo sitúa los buques Dragón y Conquistador entre los canales del Castillo Grande y Manzanillo con intención de hundirlos para impedir el paso de los navíos ingleses por la entrada de Bocagrande.
Como parte fundamental de la defensa de Cartagena se planificó el hundimiento de los barcos cuando fuera oportuno, para dificultar la maniobra de la flota inglesa. Se incendió el San Felipe, y se disparó desde el san Carlos nueve cañonazos al África para hundirle en la bocana de entrada. Pero los encargados de disparar desde el San Felipe, fueron capturados por la imposibilidad de abandonar el barco antes de que llegasen los ingleses.
La situación empeoraba para los españoles, y los soldados del fuerte de San José fueron evacuados en pequeñas embarcaciones al castillo Grande y posteriormente a Cartagena.
11 de abril, los ingleses toman el castillo de Santa Cruz que previamente había sido abandonado.
El 13 de abril a las 9 de la mañana, comenzó el asedio de la ciudad con continuos bombardeos. Simultáneamente otra escuadra asediaba al fuerte Manzanillo. La situación empezaba a ser desesperada para los españoles, les faltaban alimentos y el enemigo no daba tregua.
Iban pasado los días, y el cañoneo inglés no cesaba, era intenso y continuo, mañana, tarde, noche, mañana ... pero la moral de las tropas españolas estaban a la altura de las defensas de la ciudad, se mantenía intacta y no terminaba de debilitarse.
Cartagena de Indias fue severamente castigada por la artillería naval inglesa. Pero las defensas seguían soportando todo lo que les llegaba desde los barcos ingleses. Vernon estimó que los españoles resistiría dos o tres días más, no era posible pensar que tan pocos pudieran resistir el empuje y fuego de tantos. Los españoles tenían orden de resistir hasta el final no se les permitía ni un paso atrás, habían clavado la bandera e iban a morir allí, defendiendo la ciudad hasta el final.
16 de abril, 4 de la mañana, Vernon decidió que se tomaría Cartagena de Indias al asalto, más de 10.000 hombres desembarcaron por la costa de Jefar, los macheteros jamaicanos, los milicianos americanos y las fuerzas regulares inglesas.
Pero las sucesivas ofensivas inglesas se encontraron con trincheras inexpugnables así como con los mosquetes y bayonetas españolas.
El 17 de abril, la infantería británica, toman el alto de Popa, a un kilómetro del castillo de San Felipe , auténtico baluarte español en el Caribe.
Blas de Lezo tomó tres decisiones que fueron decisivas para el desenlace final de la batalla. Mandó excavar un foso en torno al castillo para que las escalas inglesas se quedasen cortas al intentar tomarlo. Ordenó cavar una trinchera en zigzag, evitando que los cañones ingleses se acercasen demasiado. Les envió dos “desertores” que engañaron y llevaron a la tropa inglesa hasta un flanco de la muralla bien protegido, donde serían masacrados sin piedad.
La noche del 19 al 20 de abril se produjo el definitivo asalto al castillo de San Felipe. Tras una potente preparación artillera desde un buque de 60 cañones y bombardas. Vernon intentó asaltar el castillo con unos 10.200 hombres de infantería, organizados en tres columnas, apoyados por los negros macheteros jamaicanos. En frente tenía la batería de San Lázaro de propio castillo de San Felipe y 1.000 hombres muy motivados.
La sorpresa fue mayúscula, cuando los ingleses comprobaron que sus escalas eran demasiado cortas y no podían escalar las murallas del castillo. Las tropas inglesas no podían atacar ni huir debido al peso del equipo. Aprovechando esta circunstancia, los españoles abrieron fuego contra los británicos, produciéndose una carnicería sin precedentes.
Los ingleses no pudieron escalar las murallas pero al amanecer, se encontraron con las bayonetas de unos trescientos soldados de los tercios españoles que saltaban sobre ellos desde sus trincheras. Fue una masacre:
“…rechazados al fusil por mas de una hora y después de salido el Sol en un fuego continuo y biendo los enemigos la ninguna esperanza de su intento (…) se pusieron en bergonzosa fuga al berse fatigados de los Nuestros los que cansados de escopetearles se abanzaron a bayoneta calada siguiendolos hasta quasi su campo…”
El error del castillo de San Felipe desmoralizó a los ingleses. El orgulloso y engreído Sir Andrew Vernon había sido incapaz de vencer a unos pocos harapientos españoles capitaneados por un anciano tuerto, manco y cojo.
El pánico se apoderó de los ingleses, rompieron sus líneas de combate y huyeron despavoridos tras la última carga española hacia sus barcos para protegerse de la furia de la infantería de los tercios.
Desde el 22 al 25 de abril, decrecieron los enfrentamientos. El 26 los ingleses volvieron a bombardear la ciudad.
El 9 de mayo, Vernon asumió que era completamente imposible que sus tropas pudieran tomar al asalto la fortaleza de Cartagena de Indias, los disparos de las tropas españolas era una resistencia insalvable para sus fuerzas. Vernon ordenó la retirada, levantar el asedio y volver a Jamaica. Había fracasado estrepitosamente. Tan sólo acertó a pronunciar, entre dientes, una frase: “God damn you, Lezo!”.
Vernon envío de una última carta a Lezo: “Hemos decidido retirarnos, pero para volver pronto a esta plaza, después de reforzarnos en Jamaica”. A lo que Lezo respondió con ironía: “Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque esta sólo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres.”
Fueron tantas las bajas inglesas, que tuvieron que abandonar numerosos barcos y hundirlos allí mismo por falta de recursos para poderlos gobernar en la mar, no les quedaban suficientes marineros.
Hasta el 20 de mayo estuvieron saliendo embarcaciones inglesas de Cartagena. El último en abandonar el sitio fue Lestock. De los 195 buques se contaron en la retirada 186.
Los ingleses tuvieron 9.500 muertos, 7.500 heridos, perdieron 1.500 cañones y perdieron 50 naves.
Los españoles sufrieron 800 muertos, 1.200 heridos y perdieron 6 naves. Los fuertes de Bocachica, Castillo Grande y Manzanillo quedaron totalmente destruidas.
Esto fue un horror para los ingleses, quedaron completamente humillados. La mayor operación de la Royal Navy hasta el momento se saldó también como la mayor derrota de su historia.
A Inglaterra habían llegado noticias erróneas, la información aseguraba que la victoria en Cartagena se había consumado. Vernon , había mandado un correo al rey inglés asegurando que había logrado la victoria, lo que generó una euforia en su país. Pero para su desgracia, lo que consiguió en realidad fue la mayor y más humillante derrota de toda la historia de la Royal Navy, pues perdió 50 naves y 11.000 hombres a manos de una guarnición compuesta por sólo 6 barcos y 3.600 defensores españoles dirigidos por el Almirante español Blas de Lezo. En vista de las falsas buenas noticias remitidas por Vernon, el rey Jorge II ordenó se elaboraran medallas conmemorativas de la supuesta victoria. En las medallas se representaba a un Blas de Lezo, entero y completo con dos brazos, dos piernas, arrodillado ante Vernon. Hubo celebraciones y fiestas basadas en una gran mentira, vamos que se lo pasaron bien durante algunos días; hasta que llegó la verdadera noticia, anunciando la humillante derrota de Vernon antes Blas de Lezo; la realidad heló sus sonrisas ...jajajaj !!
La humillación fue tal que el rey Jorge II ordenó a los historiadores ingleses no se escribiera nada de la derrota; y los historiadores ingleses son hegemónicos, lo que ellos no publican no existe. Y como los historiadores no escribieron nada sobre Cartagena de Indias, esta batalla fue injustamente ocultada para la historia.
Muy pocos españoles han oído hablar de la guerra de la Oreja de Jenkins, en la que los británicos sufrieron quizás, la vergüenza más grande de su historia. La mayoría de españoles de hoy en día no se sienten orgullosos de serlo, mientras a los ingleses les sale el orgullo por las orejas. Sin embargo, algunos ingleses perdieron sus “orejas” por culpa de su derrota ante los españoles.
A su vuelta a Inglaterra y en vista de la cruda realidad, Vernon fue relevado de su cargo inmediatamente y expulsado de la Marina en 1746. A pesar de su profundo descrédito, a su muerte en 1757 se decidió enterrar su cuerpo en la Abadía de Westminster, como si fuera un héroe más de los que allí reposan.
La falaz leyenda que en su tumba reza :
“He subdued Chagre, and at Carthagena conquered as far as naval forces could carry victory”
"Sometió a Charges y en Cartagena conquistó hasta donde la fuerza naval pudo llevar la victoria"
El monumento muestra una figura de Vernon con ofrenda floral, junto al busto del Almirante. Aparecen trofeos navales , así como de una coraza romana y el club de Hércules.
Por esta estas acciones militares recibió el agradecimiento de ambas Cámaras del Parlamento. Después de estos servicios se retiró sin título para el ejercicio de publico. Recibió su recompensa, el amor y la estima de todos sus contemporáneos y generaciones posteriores.
Blas de Lezo corrió una suerte diferente. Blas quedó muy mal herido por los combates de Cartagena de Indias, murió cinco meses más tarde víctima de las heridas del combate. Y lo lamentable, nadie sabe donde está enterrado. Sus restos quedaron en una fosa común, por lo que su cuerpo no pudo ser enterrado en las condiciones que merecía, Blas de Lezo murió en Cartagena en septiembre de 1741.
Murió Don Blas sin reconocimiento merecido y además denostado por su rey. Pasados 20 años, recibió su primer reconocimiento con la concesión de un título honorífico en la persona de su hijo. 70 años después se publican las primeras monografías sobre el ilustre marino. Se coloca una placa en su casa de Pasajes. Una escultura , donada por el gobierno español, en Cartagena de Indias; un busto en una calle de San Sebastián y se pone su nombre a una fragata de la Armada Española. Con el paso del tiempo se fue perdiendo su recuerdo para generaciones posteriores. Pero recientemente se ha despertado un gran interés gracias a los nuevos medios de internet.
Otro ejemplo de la gratitud de los españoles por los que lucharon y murieron por nuestro país. Increíble pero cierto, España le olvidó.
No se le pudo rendir el homenaje que él hubiese merecido, se le concedió a título póstumo el marquesado de Ovieco y después muchos navíos españoles llevaron su nombre. Hoy una fragata tipo F100, lleva su nombre.
Curiosidades del destino, aquel que les humilló fue a Londres a la fiesta conmemorativa de Trafalgar para amargar un poco, en su orgullo a la Pérfida Albión. La fragata F103 Blas de Lezo, participó en las celebraciones del 200 aniversario de la victoria de Trafalgar celebrada por los ingleses. Don Blas había resucitado de sus cenizas .....
Si yo tuviera que identificar al perfecto héroe militar, don Blas de Lezo sería mi candidato ideal.
El problema radica en que los españoles no sabemos ni escribir nuestra propia historia. Todos los niños han oído hablar algo sobre de la Armada Invencible, y quién ha oído algo sobre Blas de Lezo y de la batalla del sitio de Cartagena de Indias. La historia la escriben los hegemónicos historiadores ingleses y nosotros la traducimos. En efecto, si hubiera sido del mundo anglosajón, numerosas películas y libros ya lo habrían inmortalizado como un hombre valiente que a pesar de sus incapacidades físicas por amputaciones de pierna y brazo, y la pérdida de un ojo, salvo a Cartagena de caer en las manos del Inglés.
Los locales de Cartagena, bromean todavía en la actualidad cuando se le nombra a don Blas de Lezo, agitando los puños cada vez que se menciona su nombre, diciendo : "¡Gracias a él, nosotros no hablamos inglés" .... jajaja!!! !
La victoria aseguró el comercio con América 60 años más. Los ingleses nunca volvieron, ni a Cartagena ni aparecieron por los puertos del Caribe, que siguieron siendo hispanos hasta que decidieron ser hispanoamericanos. Los mares del Caribe volvieron a convertirse en un lago español. Los españoles pudieron continuar enarbolando la bandera en la inmensidad del océano Atlántico durante 60 años más.
La hegemonía de la armada española fue tal que el Atlántico se consideró un lago español. Esto ya no volvería a ser igual, ni siquiera después de Trafalgar, cuando los ingleses se convirtieron en los señores del mar.
Inglaterra ya no volvió a amenazar seriamente al Imperio español, que subsistió todavía un siglo más. España, en cambio, contribuyó años más tarde, con Bernardo de Gálvez, al desmoronamiento de las colonias inglesas en América, cuestión también poco difundida. Pero esto ya es otra historia .....
Para Compartir en FacebookFotografías obtenidas en la exposición en honor de Blas de Lezo en el Museo Naval de Madrid , febrero 2013.
En noviembre de 2014, el alcalde de Cartagena de India, Dionisio Vélez Trujillo tuvo la ocurrencia, para agradar al heredero de Inglaterra y a su amada duquesa de Cornualles, poner una placa a pies del Castillo de San Felipe, junto a la escultura de Don Blas, con la siguiente inscripción:
"Esta placa fue desvelada por sus altezas reales el Príncipe de Gales y su esposa la Duquesa de Cornualles, en memoria al valor y sufrimiento de todos los que murieron en combate intentando tomar la ciudad y el Fuerte de San Felipe bajo el mando del almirante Edward Vernon en Cartagena de Indias en 1741"
Esta iniquidad ha tenido inmediata respuesta por parte de concejales y también de un espontáneo que arremetió contundentemente contra la placa:
“Conseguí la mona expresamente para eso. Yo escuché en las noticias que el Alcalde había decidido quitarla y solo me le adelanté a los trabajadores de la Alcaldía”, El hombre estaba indignado por la colocación de la placa y por la llegada del Príncipe Carlos y la Duquesa de Cornualles.
“No creo haber cometido ningún delito, eso lo iban a quitar de todas maneras”, agregó.
Jaime Rendón, el espontáneo que golpeó con una maza 40 veces la placa, pidió la dimisión del alcalde 'Dionisio el Hermoso' por la metida de pata. "Con esta placa el consistorio ha traído infelicidad, dolor, vergüenza e indignación a los habitantes de Cartagena. Al alcalde que lo reemplace le sugiero que cambie la placa por la siguiente":
"En este lugar, corriendo el año 1741, el jefe de la Armada Inglesa, almirante Edward Vernon, cayó humillado con su flota de saqueadores y sus 186 navíos de guerra ante los héroes de Cartagena comandados por Don Blas De Lezo".
El gobierno de Cartagena ha aprobado una moción considerando una afrenta para la historia de Cartagena honrar a los atacantes ingleses. 16 concejales de 19 posibles, firmaron un documento a través del cual le solicitaban al alcalde Dionisio Vélez retirar la placa.
Seguiremos informando.
La historia detrás del hombre que partió la placa a los ingleses
La polémica placa a los ingleses fue finalmente desmontada
Blas de Lezo ya está en Madrid. El sábado 15 de noviembre de 2014 ante la presencia del Rey Don Juan Carlos y multitud de seguidores de la figura del almirante que propinó a la Royal Navy la mayor derrota de su historia.
Más de mil personas han seguido el acto en los Jardines del Descubrimiento en la Plaza de Colón. Entre los presentes han estado la alcaldesa Ana Botella, el embajador de Colombia y Esperanza Aguirre. En el acto también estuvo el jefe de Estado Mayor de la Armada, almirante general Jaime Muñoz-Delgado
El embajador de Colombia, Fernando Carrillo, pronunció un emotivo discurso , resaltando que el gran mérito de Blas de Lezo fue no amedrentarse por la superioridad numérica del enemigo. Aseguró que gracias a su valentía, cambió la historia de Colombia, de Iberoamérica y de España.
Algunas frases de los discursos pronunciados en el acto:
"No hay patria sin compatriotas a los que admirar. La patria no es un territorio ni una fecha, es el ideario donde habitan hombres como Blas de Lezo. El sacrificio, esfuerzo y humildad convirtieron al marino en uno de nuestros mejores hombres". Íñigo Paredes, el presidente de la Asociación Monumento a Blas de Lezo, promotora de la escultura mediante cuestación popular.
"Un gran español y a un marino que venció en todas las batallas en las que participó engrandeciendo el nombre de España. Con sólo seis buques y un puñado de hombres alcanzó su máxima hazaña histórica en 1741" Jaime Muñoz-Delgado. Almirante jefe del Estado Mayor de la Armada .
"El gran mérito de Blas de Lezo fue no amedrentarse por la superioridad numérica del enemigo. Su valentía, cambió la historia de Colombia, de Iberoamérica y de España". El embajador de Colombia, Fernando Carrillo
"Esta escultura hace justicia a este español ejemplar, su inteligencia, astucia y valentía convierten a Blas de Lezo en el héroe que toda nación habría querido honrar. Su último triunfo con la inauguración de este monumento, simboliza además la victoria sobre "quienes pretenden imponer el silencio o negar la contribución generosa y leal de todos los pueblos" o sobre aquellos que quieren dar por "caducada una gran nación como es España ". Ana Botella alcaldesa de Madrid
Muchas Gracias!
Paco Domingo
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Camisetas con Historia de España
http://www.todoababor.es/articulos/art_2.htm
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http://cavilacionesirreflexivas.blogspot.com/2008/05/la-guerra-de-la-oreja-de-jenkins.html
http://enlamemoria.iespana.es/Padres/BlasdeLezo.htm
http://www.todoavante.es/w/page/22321702/Defensa%20de%20Cartagena%20de%20Indias-1741
http://www.perezreverte.com/el-vasco-que-humillo-a-los-ingleses/
http://www.fortificacionesdecartagena.com/index.htm
http://herenciaespanola.blogspot.com/2007/08/batalla-de-cartagena-de-indias.html
http://www.elguaridadegoyix.com/blas-de-lezo
http://www.labatalladecartagenadeindias.com/Francisco Javier Membrillo Becerra